viernes, octubre 10, 2014

CORRESPONSABILIDAD Y RESPETO POR LOS DERECHOS DE LAS DEMÁS PERSONAS

TALLER 5 (13 -17 DE OCTUBRE)
CORRESPONSABILIDAD Y RESPETO POR LOS DERECHOS DE LAS DEMÁS PERSONAS
Alteridad, componente fundante de una educación ciudadana
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/investigadores/1609/article-72543.html
Abraham Magendzo K., Coordinador Cátedra UNESCO en Educación en Derechos Humanos, de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano ;Investigador educacional del Programa Interdisciplinario de investigación en Educación (PIIE) y de la Fundación Ideas. Miembro integrante de la Unidad de Curriculum y Evaluación-Ministerio de Educación Chile.
Asistí el día 6 de Enero de 2004 a la presentación que la Unidad de Curriculum y Evaluación del Ministerio de Educación hiciera del estudio de Educación Cívica y el Ejercicio de la Ciudadanía coordinado por el IEA (International Association for the Evaluation of Educational Achievement). No es mi intención en esta presentación analizar los interesantes y un tanto alarmantes resultados del estudio. Sólo decir que se ha constatado que el camino que debemos recorrer en la formación ciudadano es largo y será parte importante de las políticas públicas de este año, tal como lo hizo notar el Ministro de Educación.
Me propongo, sin embargo, hacer una reflexión acotada con relación al respeto a la alteridad, que es una actitud básica- si bien no única - en la formación ciudadana En otras palabras, la tesis que sostengo es que la relación de alteridad es condición necesaria y fundante de la vigencia de los derechos humanos y en consecuencia de la formación ciudadana.
La relación de alteridad se refiere a la capacidad ética de reconocer al OTRO (incluye a la OTRA) como un legítimo otro. La interrogante es ¿Quién es ese Otro? En términos de Hans Georg Gadamer, el filósofo de la hermenéutica moderna, el conocimiento del Otro remite al Otro no como "instrumento", como alguien que se pueda utilizar con fines propios, que pueda hacerse visible o invisibilizarse arbitrariamente: El Otro tampoco es el "analogón", al que se considera como distinto pero siempre con referencia a mí mismo, un reflejo de mí mismo. Para Gadamer, el conocimiento del Otro es el de "apertura", cuando uno se deja hablar por el Otro. Implica "el reconocimiento que puedo estar dispuesto a dejar valer en mi algo contra mí, aunque no haya ningún otro que lo vaya hacer valer contra mí".
Emmanuel Levinas, que pudiera ser considerado el filósofo por excelencia de la alteridad, nace en Lituania en el año 1905 en el seno de una familia judía practicante de la religión, muere en Paris Francia el año 1995. Su experiencia personal, sufrimientos y penurias que tuvo que vivir durante la segunda guerra, lo hacen pensar en la ética de la atención como centro de su pensamiento.
La ética para Levinas está más allá del Ser. Se podría decir que después de Auschwitz su preocupación no podía quedar remitida a los "modos de ser", "a la comprensión del ser" sino la pregunta es referida a la ética, es decir a la relación del ser con el Otro, con la responsabilidad con el Otro, en el encuentro con el Otro. La ética para Levinas no es lo que se refiere comúnmente como moralidad o un código de comportamiento. Para Levinas, ética es una llamada a cuestionar el "IGUAL" desde el OTRO. A ser responsable del Otro. Entiendo, dice Levinas "la responsabilidad como responsabilidad para con el Otro, como responsabilidad con el otro, así pues, como responsabilidad para lo que no es asunto mío o que incluso no me concierne; o que precisamente me concierne, es abordado por mí como rostro"
Para Levinas ser hombre significa no ser, vivir humanamente comunica desvivirse por el otro. Inclusive sostiene que la responsabilidad llega al nivel de ser responsable de la responsabilidad del otro, me incumbe... ". El Otro no es próximo a mí simplemente en el espacio, o allegado como un pariente, sino que se aproxima esencialmente a mí en tanto yo me siento –en tanto yo soy- responsable de él"
Por lo general, existe una responsabilidad intencionada, una aproximación al Otro porque me es conocido, por que espero una reciprocidad. A veces soy responsable del Otro por un sentimiento de culpa, por que debo tranquilizar mi conciencia. Levinas sostendrá: "Yo soy responsable del otro sin esperar la recíproca, aunque ello me cueste la vida” A reglón seguido trae una frase de Dostoievski: "Todos nosotros somos culpables de todo y de todos ante todos y yo más que los otros"
La tendencia generalizada ha sido a reducir al Otro a lo mismo, o utilizarlo con ciertos fines o propósitos en muchos casos en desconocimiento del Otro u ocultando las verdaderas intenciones de la relación.
Para Levinas, la adaptación del Otro a lo Mismo no se obtiene sin violencia", es reducir lo múltiple a la totalidad. Podría decirse que reducir al Otro a mí mismo es no sólo violencia sino que dominación, es ejercer sobre el Otro un poder indebido y arbitrario es en definitiva, aniquilar la diversidad subsumiéndola a la homogeneidad.
Levinas recurre a menudo a las fuentes bíblicas y talmúdicas. Para afirmar algunos de sus argumentos. En este caso trae la cita de Hillel el anciano que decía: " Si yo no soy para mí mismo, ¿quién soy y cuando soy para mí mismo?, ¿qué soy, que valgo? Lo que Hillel quiso decir es si yo no respondo por mí, no soy responsable de mí, no me asumo, ¿quién lo hará por mí? Pero, a párrafo seguido dirá: pero si yo soy sólo responsable de mí, respondo sólo de mí, ¿cuál es el sentido de mi existencia?; ¿puedo ser todavía yo?
Levinas identifica al Otro con el "Rostro". El Rostro (visaje), no se ve, se escucha. El rostro no es la cara, es la huella del Otro. El Rostro no remite a nada, es la "presencia viva" del Otro, pura significación y significación sin contexto. Por lo general, el sentido de algo depende en su relación de otra cosa. Aquí, por el contrario el Rostro es él solo sentido. Tú eres tú, Por esta razón el Rostro no se ve, se oye, se lee. El Rostro es la palabra del o de la que no posee voz, la palabra del huérfano, de la viuda, del extranjero. El rostro es un imperativo ético que dice: "¡No matarás!". El "No matarás" es la primera palabra del Rostro. Es una orden. Hay en la aparición del Rostro un mandamiento, como si un amo me hablase. Sin embargo, al mismo tiempo, el Rostro del Otro está desprotegido; es el pobre por el que yo puedo todo y a quien todo le debo Levinas, que es hijo de su tiempo y contexto presencia y vivencia con dramatismo, en su historia personal, la hecatombe de la moralidad autónoma, precisamente en el mundo europeo, "ilustrado" y " emancipado. Levinas rompe con el idealismo de la modernidad. Construye una ética de la atención, de la responsabilidad, de la vigilancia, del cuidado del otro, una moral heteronómica. Por consiguiente, mientras que a Kant le preocupa el desarrollo de una moral autónoma, a Levinas le interesa el sujeto moral responsable, de los sufrimientos del Otro, vigilante del Otro.
En la perspectiva de lo sostenido hasta ahora, deseo señalar qué estoy entendiendo como educación para la formación ciudadana.
La educación para la formación ciudadana está llamada a crear condiciones para aprender a mirar, a escuchar, a sentir a "vigilar" al Otro. Está emplazada a contribuir en la construcción de un lenguaje, una cultura, una conciencia que pregunta sin reparos, sin condiciones, sin búsqueda de reciprocidad: ¿Dónde estás tú? Que no responde con un ¡acaso yo soy guardián de mi hermano! cuando se le interroga ¿dónde está tu hermano? Que no contesta acerca del Otro con evasivas, con excusas, con dilaciones. Es enseñar a mirar de frente, aunque esa mirada cause sufrimiento, angustia, impotencia. Enseña a que no se puede dar la espalda y decir "no es asunto mío" aunque no sea asunto mío; o decir "por qué yo... que se preocupen otros, los más cercanos" aunque sea yo el más lejano de los lejanos. La educación ciudadana está llamada a instalar expresiones y comportamientos que dicen: "¡sí, esto es de mi incumbencia!" y a erradicar del lenguaje y en las acciones, manifestaciones como: "¡yo, me mantengo al margen!"
La educación ciudadana, es, por definición, una educación para la responsabilidad, es una educación para forjar "vigilantes" alertas del Otro, personas precavidas, atentas del Otro. Pero no por un afán altruista, aunque no estamos descartando el altruismo, no por una pretensión de una humanidad en abstracto, sino una humanidad en concreto, identificada en un sujeto histórico, un sujeto de carne y hueso.
Obviamente, que la educación ciudadana descarta toda posibilidad de formar vigilantes para el control con fines de poder. Muy por el contrario, porque la educación ciudadana tiene como propósito central formar sujetos de derechos humanos, es decir sujetos empoderados que usan el poder de la argumentación, de la razón, de la confianza para hacer vigente sus derechos y el derecho de los demás, toda pretensión de hacer uso del poder con fines de control, de inspección, de censura, de imposición sería antitética y contraria a la esencia misma de la formación ciudadana. No somos celadores pero si escoltas, no somos policías pero si vigilantes. Somos vigilantes del Otro, porque el Otro nos interpela, nos llama nos hace sujetos.
Es verdad, que la educación ciudadana se hace vigilante de todo Otro indistintamente de su origen o procedencia, de su ubicación social o cultural, de su género u etnia, de su edad, de su orientación sexual, de su adscripción religiosa o espiritual.
Sin embargo, es más alerta con aquellos grupos que históricamente han visto sus derechos atropellados y violados, su dignidad humillada, su "Rostro" degradado. De esta forma, la educación ciudadana encuentra su ethos ético- político en la procura de mayor justicia social, de igualdad de oportunidades, de mayor equidad, de eliminación de las discriminaciones. La responsabilidad es una responsabilidad ética con aquellos que históricamente han sido marginados, excluidos, relegados,
estigmatizados, perseguidos.
El camino por recorrer en la educación para la formación ciudadana desde esta perspectiva es largo. La pregunta que dejo por ahora sin responder, pero que es posible intuir desde la alteridad, es cómo se convierte este discurso en una práctica educativa consistente, en especial ahora que existe una marcada tendencia hacia el individualismo y la competitividad. Es una tarea difícil pero no imposible. Hoy, más que antes, hay espacios curriculares que lo exigen y lo permiten. Debemos apropiarnos de éstos con sentido de futuro.

Preguntas a desarrollar en su cuaderno

1. ¿Explique en sus palabras a que se refiere el documento anterior?
2. Cómo se relacional cuidado y la identidad. Explique mediante tres ejemplos esta afirmación.
3. ¿Cómo se construye el cuidado personal?
4. ¿Cómo afectan la sociedad el cuidado del otro?
5. ¿La ciudadanía y el cuidado propio y la alteridad cómo forma al ser social?






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